sábado, 16 de janeiro de 2010

La Cancillería debe puntualizar acerca del cuento chino de las “bases gringas”

Es inconcebible la inconsecuencia de los medios de comunicación y el país en general, frente a las persistentes agresiones contra Colombia por parte del Foro de Sao Paulo, el Alba, Unasur, “colombianos por la paz”, y el Movimiento Continental Bolivariano.
Ni los generadores de opinión, ni la dirigencia empresarial, ni la academia, ni el gobierno parecieran tener claridad alrededor de un tema sensible y preocupante para el futuro del país. Mientras los conjurados urden un plan sincronizado, tendiente a dar estatus de beligerancia a las Farc, imponer un gobierno títere a Chávez, Correa, y Lula, incluido el uso de la fuerza si fuere necesario; todavía pululan los despistados que creen que Correa se volvió buena persona, que Lula no tiene nada que ver en el complot y que Chávez es solo un bocón.
En contraste, los hechos demuestran la realidad de los planes de la izquierda pro terrorista orientada desde el Foro de Sao Paulo. Pese a que el gobierno colombiano ha aclarado ante muchos escenarios nacionales e internacionales que no habrá “bases gringas” en Colombia, sino presencia militar norteamericana, de manera coincidente con lo que dicen las Farc en sus comunicados y en su web, los gobiernos de Unasur y los socios de Lula en Latinoamérica, de manera desafiante e irrespetuosa con Colombia, citan a cada rato, el tema y resarcen que las “bases militares gringas” en Colombia son una amenaza para la estabilidad de la región.
Al unísono Lula azuza a Chávez para que utilice la fuerza contra Colombia, porque sabe que el sería el mediador, el pacifista y el ganador del Premio Nobel de Paz, por zanjar las diferencias, pero claro, luego de legitimar a las Farc y de hundir a Colombia en el fango del socialismo del siglo XXI.
Por su parte, las Farc en contubernio con el Movimiento Continental Bolivariano y los mal llamados “Colombianos por la paz”, engañan a los familiares de los secuestrados con falsas promesas de liberación, mientras acomodan cada secuestrado a las conveniencias del Plan Estratégico.
El asunto medular, es que detrás de la desinformación y la verborrea, hay un proyecto estratégico del comunismo cubano sobre el continente, para lo cual cuenta con la complicidad de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, El Salvador y Bolivia.
Pero la incredulidad de los miopes es superior a la realidad de la agresión. Sesudos analistas colombianos, ven y escuchan a diario las barbaridades que ejecuta Chávez contra su pueblo y las libertades individuales en Venezuela, paralelas con la innegable y evidente preparación de una gigantesca operación militar contra Colombia diseñada en el Plan Guaicapuro que incluye la legitimación y apoyo a las Farc para su ofensiva final, con el apoyo de Ecuador y Nicaragua.
Sin embargo, presas de una estupidez rayana, estos analistas y comentaristas de opinión política, dudan, especulan y en últimas no creen que Chávez y los demás comunistas, sean capaces de acometer esa empresa contra la institucionalidad colombiana.
A ellos se suman los politiqueros de siempre. Ineptos ex mandatarios como Ernesto Samper, Andrés Pastrana y César Gaviria, están más preocupados por sacar a Uribe de la casa de Nariño para ubicar a uno de sus comodines, que en la gravedad del asunto. Las altas cortes o están permeadas por casos de corrupción o están convertidas en partido de oposición, para cumplir órdenes a uno de esos tres caciques.
La juventud está desorientada. Los gremios de la producción parecieran no tener claridad que lo que está en juego es la continuidad de la libre empresa y del sistema político vigente. Los congresistas ni se dan por entendidos, que dentro de las dos cámaras hay estafetas de las Farc dedicados a socavar la institucionalidad y a preparar el camino de la legitimación de los terroristas.
Los medios de comunicación están inmersos en el mar de desinformación, pero sobre todo fuera de foco. Da la sensación que desconocen el Plan Estratégico de las Farc y las intenciones del Foro de Sao Paulo, por lo tanto, no tienen un panorama claro frente a la compleja y grave agresión que se desarrolla contra Colombia y su futuro integral como nación libre, soberana e independiente.
Entretanto, los mismos mamertos que en Colombia apoyan el terrorismo y multiplican el odio anti yanqui, a menudo, viajan a los Estados Unidos y Canadá a promover que no haya TLC con Colombia y a denunciar supuestas persecuciones contra sindicalistas, pero nunca dicen que en los sindicatos hay varios terroristas de las Farc dedicados a destruir al economía nacional.
Esto indica que utilizan todas las formas de lucha para destruir el odiado capitalismo, e ingenuos, algunos de los demócratas izquierdistas del congreso estadounidense y unos académicos despistados, caen en la red del juego articulado por las Farc y del Foro de Sao Paulo, al escuchar y multiplicar los planteamientos pro farianos de los “opositores” al gobierno Uribe, que como lobos con piel de oveja, asestan puñaladas traicioneras a su “enemigo de clase” en Colombia y en Estados Unidos.
En síntesis, hay un complot en desarrollo mientras que la desinformación, el desconocimiento y la ausencia de claridad, favorecen a los conjurados, que a diario manipulan la información, pretenden legitimar a las Farc y preparan una agresión militar sincronizada en el Plan Guaicapuro.
Por estas razones y muchas más de fondo, es que el indio cocalero boliviano , el canciller brasileño y las Farc insisten en las “bases gringas en Colombia”, Chávez inventa una agresión del “imperio” contra Venezuela, y en apariencia Ortega y Correa guardan silencio y aparente amistad con Colombia, mientras tejen los hilos de la trama para la agresión sincronizada.
Al mismo tiempo el obispo rojo en el Paraguay, Mujica en Uruguay, Funes en El Salvador y la dictadura cubana, articulan el plan propagandístico continental para completar el proyecto, del cual las Farc ahora son una parte y no el eje central.
Esa es la explicación porqué los terroristas y sus cómplices insisten en el tema de las “bases gringas” en Colombia…..
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
www.luisvillamarin.com
Analista de asuntos estratégicos

domingo, 10 de janeiro de 2010

El propósito de "Colombianos por la paz" es lograr estatus de beligerancia para las Farc

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido el 10 de Enero 2010 4:42 PM

La manipulación de las Farc para liberar al cabo Moncayo tiene una explicación precisa y hace parte del plan B orquestado para finales de diciembre pasado. El plan A para dejar en libertad al suboficial, se realizaría con la complicidad de los gobiernos de Brasil y Argentina, así como la calculada intervención de Monseñor Castrillón en Roma, mas la simultánea publicación en Suecia del video de los "campesinos farianos".
La trama era perfecta y coincidía con el fin de año, cuando el espíritu navideño relaja un poco las actitudes políticas e induce a conciliar. Algo similar a la pantomima de la fallida liberación del niño Emmanuel hace un par de años.
Mediante esta jugada, las Farc pretendían utilizar el secuestro del gobernador del Caquetá como el medio de presión, para que Europa por intermediación del Vaticano les quitara el rótulo de terroristas, y así Lula, Chávez y el resto del "combo fariano" les concederían estatus de beligerancia, embajadas en sus países y total reconocimiento político.
En forma premeditada, días antes se reunió en Caracas el Movimiento Continental Bolivariano de las Farc, cuyos cabecillas expresaron abierta simpatía por el brazo armado del Partido Comunista Colombiano, con la venia de los gobernantes de los países comprometidos en una asociación para delinquir, que por enésima vez guardaron silencio frente a esta realidad geopolítica y estratégica que atenta contra la integridad institucional colombiana.
Desde luego, Chávez continuó con la amenaza de guerra y la farsa de vender la idea que la víctima es Venezuela, para justificar cualquier agresión posterior surgida de su gobierno, ya que no le funcionó la provocación de guerra contra Colombia, con la destrucción de tres puentes ubicados en pasos fronterizos.
Por esa razón, cuando dijo que las liberaciones demorarían mas de lo previsto, Piedad Córdoba no solo se integró a la reiterada manipulación y al premeditado plan fariano, sino que desautorizó a Monseñor Córdoba, quien por iluso se convirtió en ficha del plan A de las Farc y sus camaradas, cayó en la trampa y puso en entredicho tanto su credibilidad, como su seriedad, no ajena al consuetudinario deseo de figuración de sus antecesores en asuntos de mediación, para tomar algún contacto con el grupo terrorista.
Pero a los conjurados les falló el plan A. El gobernador del Caquetá fue degollado. El mundo entero se les vino encima a las Farc. Sus socios de Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, no los cuestionaron en público, pero se quedaron sin aire. El canciller brasileño Amorín que hacía parte de la conjura y coordinaba la filigrana internacional de apoyo a las Farc tanto con Olivo Saldaña en Brasilia como con sus embajadores en Europa, se vio obligado a retirar a un emisario de Bogotá y a guardar silencio discreto.
De inmediato, las Farc y sus socios activaron el Plan B. El partido Comunista Argentino, con el aval del gobierno de Cristina Kirchner, publicó en Buenos Aires la película filmada en Venezuela cerca a uno de los campamentos de Iván Márquez, la que también pretenden presentar en Suecia.
Pero, una vez mas les falló lo planeado, porque la Cancillería colombiana puso el grito en el cielo e instó por primera vez a los embajadores, a que actúen en consecuencia y eviten la audaz propaganda terrorista.
Entonces, Alfonso Cano sacó a relucir sus cartas. Puso al descubierto que los nexos de los comunistas argentinos con las Farc están en pie, y dejó traslucir, que a diferencia de la apatía del cuerpo diplomático colombiano acreditado en Estocolmo, los terroristas de civil que circulan por Europa ya contactaron al gobierno sueco, muy sensible por cierto a los temas humanitarios; los convencieron que son simples campesinos y no narcoterroristas, razón por la cual este país sería el mediador ideal para liberar a Moncayo.
Dicha mediación generaría la "sorpresiva" reacción favorable a las Farc por parte de los gobiernos del socialismo del siglo XXI en el hemisferio, para forzar la falsa negociación de paz, a partir del canje humanitario y el estatus de beligerancia de las Farc.
Esa negociación de paz sería falsa, pues el dogmatismo marxista-leninista, indica que para las Farc y sus socios del Foro de Sao Paulo, solo habrá paz en Colombia cuando los terroristas tengan el poder político en Colombia y hayan impuesto una dictadura comunista afín a Chávez, Morales, Lula etc.
Por lo tanto, "Colombianos por la paz" grupo del que hacen parte varios miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc, amparados en las bondades de la democracia que pretenden degollar como hicieron con el gobernador del Caquetá; solo busca la legitimación política de las Farc no la liberación de los secuestrados.
Este grupo del que también hacen parte varios idiotas útiles de las Farc, que ansiosos por sacar a Uribe e impedir su reelección, obran como marionetas de los terroristas; actúa en consonancia con el Foro de Sao Paulo, el Movimiento Continental Bolivariano, los proyectos del Plan Renacer de las Farc y los "coincidentes planteamientos" de los camaradas del semanario Voz, órgano de difusión oficial del Partido Comunista Colombiano.
En ese orden de ideas, la militancia de Alán Jara en Colombianos por la Paz no es gratuita. El, Sigifredo López, Luis Eladio Pérez y Gechem fueron liberados con instrucciones precisas de hacer campaña para el Congreso, conseguir la curul y presionar desde allí el acuerdo humanitario, para lograr el siguiente paso del estatus de beligerancia fariana.
No hay lugar para ser tan ingenuos al pensar que un grupo terrorista que masacra sin compasión a once magistrados y luego miente con total cinismo, que secuestra y degüella a un gobernador, que juega con el dolor de la madre del mayor Guevara, que envenena acueductos municipales, que lanza cilindros contra una capilla llena de feligreses en Bojayá, que incendia automotores con ocupantes adentro, que masacra a 33 campesinos en La Gabarra, que fusila a sus compinches, que trafica coca y que ha mentido tantas veces, hubiera liberado a los dirigentes políticos enunciados, sin haberlos comprometido a nada.
Además, sería muy ingenuo creer que esas liberaciones fueron de buena fe, cuando han manipulado tanto con la liberación del cabo Moncayo y los demás secuestrados.
Un indicio de esta realidad, es que recién liberado Eladio Pérez hablaba incansable que tenía la fórmula secreta para el intercambio humanitario con participación de varios gobiernos, pero pocos días después de su liberación murió Raúl Reyes y en los computadores que le incautaron, quedó demostrado que el audaz plan de paz de Pérez, no era más que la imposición a este mensajero casual, de lo acordado por Chávez e Iván Márquez en el Palacio de Miraflores,
En síntesis, La propuesta de poner a Suecia como mediador obedece a buscar que la Unión Europea con participación incluida del Vaticano, retire el rótulo de terroristas a las Farc, mientras "Colombianos por la paz", sigue inmerso en el objetivo para el cual lo crearon los comisarios políticos de las Farc, es decir, buscar el estatus de beligerancia para los terroristas.
Esto explica las declaraciones de Iván Cepeda cuando dice que con el degüello del Gobernador del Caquetá, las Farc no son terroristas sino que cometieron un crimen de guerra, es decir que desde esa óptica son un ejército.
Tal posición coincide con los expuesto por los terroristas reunidos en Caracas con el nombre de Movimiento Continental Bolivariano, el silencio cómplice de los mandatarios de Unasur vinculados al socialismo del siglo XXI, la continua amenaza de Chávez contra Colombia, y el desespero de las Farc por conseguir estatus político, antes que los aviones Super-tucano terminen de eliminar a sus cabecillas.
De remate, ya las Farc no actúan solas. Su operatividad va en consonancia con un impulso internacional, del cual hacen parte los miembros del Foro de Sao Paulo y todos los comunistas latinoamericanos, pero por desgracia, los afectados tanto en Colombia como en Estados Unidos no quieren ver así.


Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com